Ver a los jefes de las cuatro mayores empresas contaminantes de la historia hablando de cómo pueden ayudar a resolver el calentamiento global puede parecer el colmo de la hipocresía.
Chevron, Exxon Mobil, BP y Shell son responsables de más del 10% de todos los gases de efecto invernadero emitidos desde la revolución industrial, y sin embargo aquí están, hablando bajo la bandera: "El gas natural es un pilar básico para un futuro sostenible del planeta".
El jefe de Exxon, Rex Tillerson, se las arregla para incluir la palabra "medio ambiente" 13 veces en su discurso de apertura. "[Nuestra industria] puede ofrecer importantes beneficios ambientales", dice, mientras que Ben Van Beurden, de Shell, continuó afirmando que "el gas puede ayudar a asegurar un futuro energético sostenible".
Estos comentarios reflejan el tema clave en la Conferencia Mundial del Gas de este año en París, en momentos en que los jefes de las empresas de energía buscan reposicionar sus negocios de combustibles fósiles como un arma fundamental en la lucha contra el cambio climático. (O mejor dicho, la mitad de sus negocios: no se hizo ninguna mención al hecho de que también son grandes productores de petróleo.