Cuando Bondal aprieta el botón, el aparato cobra vida y, en cuestión de una hora, gotas de petróleo empiezan a caer en una botella colocada en el otro extremo.
"Esta es nuestra máquina prototipo, convierte todo tipo de basura en petróleo crudo", dice orgulloso. "Ponemos todo tipo de cosas ahí, desde plásticos a deshechos electrónicos y neumáticos viejos".
Bondal asegura que esta tecnología tendrá la capacidad de convertir 150 toneladas de desperdicios en 150.000 litros de petróleo crudo cada día una vez esté enteramente operativa.
"Funciona con lo que llamamos sistema policrack", explica. "Cocinamos el material hasta convertirlo en gas. Cuando calientas un material se libera carbono e hidrógeno", dice.
Tal como señala Bondal, el gas pasa luego a un "catalizador especial", que descompone las moléculas para formar gas hidrocarburo y gas petróleo