PUERTO PRINCIPE— La tasa de mortalidad de una epidemia de cólera que mató a más de 7.000 personas en Haití está empezando a ceder, pero el debate en torno a las causas de la epidemia no da signos de mermar.
A echar leña al fuego contribuyó un estudio de un renombrado experto en cólera de la Universidad de Maryland que dijo que en Haití hay una segunda cepa del mal que había pasado inadvertida hasta la llegada de un batallón de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas procedente de Nepal. Muchos culpan a ese batallón por el brote que ha infectado a más de medio millón de personas.
El estudio no atribuye directamente la epidemia a la nueva cepa, pero dice que incidió.
Esto bastó para revivir las discusiones y alimentar las tensiones políticas en torno a si la cólera fue traída por los seres humanos o fue generada por el medio ambiente.
La autora del informe, Rita Colwell, ex directora de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, dijo que no toma partido en el debate. Pero su estudio, publicado en la respetada revista Proceedings of the National Academy of Sciences, cuestiona la tesis de que las Naciones Unidas fue la responsable del brote.
Sostuvo que "todavía no se puede decir a ciencia cierta cuál fue la fuente" y pidió la creación de un banco de datos para estudiar las distintas cepas del cólera.
El informe señala que una serie de circunstancias ambientales permitieron que la bacteria apareciese en el 2010, en que Haití fue azotada por un terremoto, un huracán y un "verano muy caluroso".
Pocos después del gigantesco terremoto, de la nada surgió el cólera, en un país donde no había antecedentes de ese mal, según investigadores de la Duke University.
El brote surgió en el río más grande de Haití, el Artibonite, y se propagó a través de las vías acuáticas de la nación, haciéndose sentir en los diez departamentos (provincias) administrativos un mes más tarde.
Parecía inevitable que la enfermedad se propagase con tanta facilidad. El cólera, cuyos síntomas incluyen una rápida deshidratación y vómitos, se propaga a través del agua o de comida contaminada por la bacteria. Dado que Haití no tiene un sistema de desagües ni sanitario avanzado, el mal de difundió rápidamente.
Fue algo horrendo. La gente se moría en la calle. Los empleados del gobierno recogían los cadáveres y los enterraban. El personal de asistencia, que todavía lidiaba con las consecuencias del terremoto de hace dos años, instaló unidades de rehidratación precarias, entregó jabones y agua pura, y trató de salvar vidas.
"Si hay cólera, estás muy cerca de la muerte", comentó Pierre Antoine, de 59 años y quien fue atendido en el centro de tratamientos por dos semanas tras contraer el mal. "No se lo deseo a nadie".
Muchos científicos dijeron que la segunda cepa mencionada en el informe difícilmente pueda haber causado el brote porque no es tóxica. Se supone que se encuentra en el agua, pero no genera epidemias. A diferencia de la cepa que enfermó a tantos haitianos, se cree que esta causa solamente una diarrea y no es mortal.
El epidemiólogo francés Renaud Piarroux señaló que el huracán Tomas llegó dos semanas después del brote y que un estudio de las temperaturas de los últimos diez años revela que el calor no fue particularmente fuerte cuando se produjo el brote.
"El cuento de que se dio una combinación única de factores es una mentira", manifestó Piarroux, quien está escribiendo un libro sobre la fuente del cólera en Haití. "Eso no quiere decir nada".
Luego de revisar información de los últimos 50 años de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos, Colwell afirma que el 2010 fue un año "con temperaturas del aire inusualmente altas" en los meses previos al brote. Esto, junto con la destrucción del acceso al agua y a la sanidad, y a las inundaciones causadas por el huracán, crearon las condiciones para un brote.
Agregó que la información de Piarroux es incompleta y que "estadísticamente no se puede sacar nada relevante".
El informe, de todos modos, tuvo mucha repercusión.
Guy Knudsen, abogado y profesor de ecología microbiana de la Universidad de Idaho, dijo en su portal que el estudio tiene "varias fallas" y no sustenta debidamente sus conclusiones.
John Mekalanos, experto en cólera y profesor de microbiología de la Facultad de Medicina de Harvard, y otros colegas están preparando una respuesta.
Las Naciones Unidas, mientras tanto, capea una tormenta. Hay quienes le atribuyen el brote. El organismo no corre peligro de verse envuelto en líos legales ya que tiene inmunidad. El desenlace de esta historia, sin embargo, podría cambiar la responsabilidad legal de las misiones de la ONU en el mundo.
Las muertes por el cólera mermaron mucho a raíz de una intensa campaña sanitaria y de vacunaciones. Pero el papel de las fuerzas de paz en el brote sigue siendo analizado y circulan versiones de que la base de la ONU tenía problemas sanitarios graves. Se sucedieron protestas y el secretario general del organismo Ban Ki-moon dispuso una investigación.
Esa pesquisa concluyó que "encajan perfectamente" las cepas de cólera de Haití y de Nepal. Pero el estudio se abstuvo de responsabilizar a nadie. "El brote de cólera en Haití fue causado por una combinación de circunstancias y no fue la falta, o la acción deliberada, de un grupo o individuo", señaló.
Un estudio publicado en la revista del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, no obstante, dice que hay fuertes evidencias de que las fuerzas de la ONU habrían traído la enfermedad. "Lo que observamos indica claramente que la contaminación del Artibonite y de un de sus tributarios cercano a la base militar fue lo que provocó la epidemia".
El artículo, en el que participó Renaud Piarroux, dice que hay "una correlación exacta" de tiempo y lugar entre la llegada del batallón nepalés desde una zona del sur de Asia donde había un brote de cólera y la aparición de los primeros casos de cólera en Haití, pocos días después de la llegada del contingente, en un río cerca de la base de la ONU.
Ante semejante evidencia, Colwell se defendió diciendo que la causa podría nos ser un individuo o grupo en particular.
"Creo que es algo mucho más complejo", declaró. "La dificultad de atribuirlo a alguien específico es que no hay pruebas de que estaba allí antes del brote explosivo".